¿En qué consiste?
Toda etiqueta RFID, también denominada chip o transponedor, contiene una pequeña antena emisora que puede ser activa o pasiva (permanece inactiva hasta que se le solicita información). La información que alberga debe ser leída con un receptor adecuado. Las hay de baja frecuencia, que emiten ondas de radio a una distancia de hasta unos dos metros y suelen ser pasivas, de media y de alta frecuencia, capaces de alcanzar hasta 100 metros (suelen ser activas).
Sus ventajas son muchas:
- No resulta necesario que entre en contacto directo con un escáner, por lo que, por ejemplo, permitirían que saliéramos del supermercado con el carrito de la compra lleno y que una antena receptora identificase todos los productos y los cargase a nuestra cuenta sin esperar colas.